Consiste en una férula lisa por completo, sin ningún tipo de prominencia que pretenda generar algún tipo de desoclusión.
Es importante no generar ningún tipo de huella porque lo que se pretende es que no exista alguna información que dirija la oclusión a una posición en concreto. La mandíbula debe buscar con la máxima libertad la posición que muscularmente le sea más cómoda.
Mediante el uso del papel de articular y la pieza de mano se consigue que sólo y todas las cúspides funcionales contacten con la férula.
Normalmente las férulas se diseñan para el maxilar superior. Por lo tanto, las cúspides de la piezas inferiores que deben contactar con la superficie de la férula son las vestibulares, que son las funcionales.
En determinadas ocasiones se opta por establecer la férula en el maxilar inferior. Las razones pueden ser variadas pero la más justificada es por un problema de fonación.